Con un hechizo muy particular y riesgoso, Socorro quiso solucionar las constantes peleas que tenían Patito y Antonella. Pero hubo una falla y todo salió al revés: el embrujo intercambió las personalidades de las chicas.
Patito –con la personalidad de Antonella- se cambió totalmente el look sacándose las trenzas, los anteojos y los aparatos para lookearse cómo una divina. En cambió, a Anto se la vio como nunca se la hubiese imaginado nadie: sensible, llorando y sin poder entender la maldad de su mamá.
Todas estas cosas hacen que los que las ven se asombren y no entiendan absolutamente nada. Pero para recuperarse, las chicas viajaron a una mansión embrujada para romper el hechizo, pero allí se encontrarán con situaciones muy raras como puertas que se abren y se cierran, arañas muy feas y luces muy fuertes que asustan a las chicas.
Este es el momento en el que Patito y Antonella entran a esa casa y son absorbidas por una fuerza extraña:para hacer a la perfección esta situación, Laura (Patito) y Brenda (Antonella) tienen una técnica muy divertida: ensayan cada escena juntas. Por ejemplo, Brenda actúa primero para que Laura pueda copiar todos los movimientos que hace al personificar a Anto y lo mismo hace Laura con Patito
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